Para tener la piscina a punto todo el año es necesario que hagas un mantenimiento periódico de la misma que garantice que no te tengas que enfrentar con grandes procesos de limpieza urgentes. Así, sabrás que el agua siempre está limpia, que los residuos no se han acumulado y que no habrá que buscar soluciones in extremis a situaciones complicadas justo a las puertas del verano.
¿En qué consiste este mantenimiento? ¿Cómo mantener una piscina de forma sencilla y sin tener que ser especialistas en este tipo de proceso? A continuación, te contamos lo que debes tener en cuenta y aplicar para lograrlo.
Gran parte del problema de la suciedad de la piscina se encuentra en las hojas, los insectos y la suciedad que cae en el agua y que se queda flotando durante días si no limpiamos. Estos residuos se descomponen y liberan bacterias que van ensuciando el agua cada vez más. Lo que en un periodo de 24 horas podría haber sido solo una molestia, en un periodo más largo se convierte en toda una amenaza.
Por ello, lo que te tienes que asegurar es de limpiar cada día, aunque sea con una pasada rápida utilizando el recogehojas. Mantener limpia la superficie de la piscina es clave en todo tipo de piscinas, también en el caso de las piscinas desmontables, para lograr que el sistema de desinfección u otros sistemas de filtro funcionen correctamente.
Otra opción es que tengas la piscina cubierta como solemos recomendar y que no caiga nada en el interior, lo que no hay duda de que es más cómodo.
No obstante, si la piscina está abierta, no te olvides de usar el recogehojas una vez al día para retirar todos esos residuos que estén flotando y que se vean fácilmente. Recuerda que esta herramienta se utiliza mejor con palo telescópico, puesto que de otra manera te costará llegar a la zona central de la piscina.
El cloro es una herramienta necesaria que te ayudará a garantizar que la piscina se encuentra en buen estado y que no hay que temer nada cuando sea hora de darse un baño. El cloro aumenta la desinfección del agua, evita las algas y consigue que el agua siempre esté transparente. Pero hay dos tipos de cloro, por lo que lo importante es usar el que resulte más conveniente: de acción lenta o rápida.
El cloro de acción lenta es el más adecuado cuando el agua está limpia y el proceso de mantenimiento se está llevando a cabo de manera exitosa. Eso se verá reflejado en que el cloro se encuentra en un nivel que irá desde 0,5 hasta 1 parte de cloro por millón. Para que esto ocurra y que utilicemos las pastillas de cloro con eficacia, habrá que ponerlas en el sistema de la piscina una vez a la semana.
Si el cloro se ha desajustado y no está entre los niveles recomendados, lo que habrá que usar será el otro tratamiento, el de acción rápida. Una vez usado, la desinfección se extenderá por toda el agua y la piscina quedará como nueva. Después de su uso ya se puede recurrir al cloro de acción lenta.
Otro producto que necesitará tu piscina es el antialgas, el cual se usa de forma muy sencilla una vez a la semana. Gracias a estos productos químicos te asegurarás de que el agua mantenga su aspecto cristalino, ya que la formación de algas se puede generar por muy variados motivos, incluso si pasas el recogehojas a diario.
A diario tienes que comprobar que los niveles de pH del agua se encuentran dentro de los límites. Hacerlo no supone ningún tipo de esfuerzo, puesto que están disponibles unos kits muy cómodos con los que puedes llevar a cabo esta tarea de forma simplificada.
El proceso comienza introduciendo el kit de comparación dentro de la piscina. Hay que llenarlo hasta el lugar donde se incorpora una marca de llenado. Luego ponemos en los tubos correspondientes las gotas de pH, representadas con un líquido rojo. Tapamos el tubo y lo mezclamos.
A continuación, habrá que esperar para que aparezcan los resultados, indicándose el nivel de pH al cual se encuentra el agua de la piscina. El segundo tubo que se incluye, el cual utilizamos de la misma manera, pero con las otras gotas, es el que nos permite comprobar el nivel de cloro.
Dependiendo de si el nivel de pH está alto o bajo, habrá que usar un producto que nos permita modificarlo con la intención de llevarlo hacia la tasa adecuada.
Recuerda que nunca puede estar por encima de 7,8 ni por debajo de 7,2.
Con todo lo anterior, lograrás que la superficie, el fondo y las paredes de la piscina permanezcan limpias todo el tiempo posible así como el agua cristalina para tu piscina. Evitarás tratamientos de choque en el mantenimiento del agua de tu piscina que supongan mayor tiempo y desembolso económico.